JORGE GONZALEZ IZQUIERDO
UNIVERSIDAD DEL PACIFICO.
La actual coyuntura económica por la que atraviesan diversos países del mundo
y en especial el nuestro invita a reflexionar sobre las decisiones de política
económica que en el corto plazo se puedan tomar. Siguiendo la lógica de los
modelos keynesianos es posible influir, en el corto plazo con medidas de
política económica, en el comportamiento de la demanda agregada de una economía
abierta para así, a su vez, influenciar la dinámica de variables reales como el
PBI, empleo, balanza de pagos, etc. y de variables nominales, notablemente la
inflación. Y, cómo se lograría eso?. Básicamente, a través de la política fiscal
que ha visto rehabilitada su valía de corto plazo especialmente después de la
Gran Crisis del 2008-2009 y de la Pandemia del Covid 19, y la política
monetaria. En lo que sigue nos centraremos en la política monetaria.
En la actualidad la política monetaria se ha vuelto “data dependent” en el
sentido que será el estado de la economía el que señale la naturaleza de las
decisiones de política a ser implementadas. A nivel conceptual, para países
como el Perú las decisiones de política monetaria pueden estar influenciadas
por las siguientes consideraciones:
1)
Las
normas jurídicas de diferentes niveles que regulan el accionar de los bancos
centrales y que determinan los principales objetivos de la política monetaria
que pueden ser, preservar la estabilidad de precios, pleno empleo o más
recientemente, estabilidad del sistema financiero. En el caso de USA, por
ejemplo, las normas relevantes determinan que el banco central debe perseguir
dos objetivos principales: estabilidad de precios y máximo empleo dentro una
amplia gama de condiciones económicas, aun cuando también le confieren una
preocupación sobre los niveles de tasas de interés del mercado financiero. En
el caso nuestro, se enfatiza el objetivo de la estabilidad de precios, como en
varios otros bancos centrales de la región, lo cual no significa que se desatiendan
de variables como output-gap o unemployment-gap sobre todo una vez que se haya
conseguido el objetivo fundamental. Por estabilidad de precios no se debe
entender una situación en la que el nivel general de precios no se mueve sino
como una en que la inflación es relativamente baja y estable en el tiempo, de
forma tal que no entorpezca la toma de decisiones por parte de los agentes
económicos. Estos estarían en un estado de “rational inattention”, como llama
la teoría moderna a tal situación.
2)
Las
decisiones que tomen otros bancos centrales especialmente el de USA, por el
importante rol que juega el dólar como “reserve currency” en nuestro país y en
el mundo, que al interactuar con las decisiones que toman los bancos centrales
nacionales influencian el comportamiento de variables como el tipo de cambio
nominal y real, entre otras.
3)
La
naturaleza de la política fiscal sobre si es expansiva o contractiva ya que
ello va a condicionar la respuesta del banco central en el sentido que éste
estimará cómo dichas acciones afectarán sus estimados del comportamiento de la
economía, especialmente de la inflación.
4)
Los
shocks que afectan el comportamiento de la oferta agregada de la economía,
externos e internos, como por ejemplo aumentos en los precios de los
combustibles o alimentos que importamos, que son mayormente de naturaleza
transitoria pero que crean una disyuntiva para el banco central en el sentido
de tomar acciones o no frente al posible aumento de precios. La respuesta
standard es que dado el retraso con que la política monetaria hace sentir sus
efectos en la economía, si el shock es transitorio el banco central no debería
tomar acción excepto si se dan las siguientes condiciones: a) que las
expectativas de inflación suban, especialmente las de más largo plazo; b) que
sean validados por una política monetaria o fiscal expansiva; y c) que reduzca
el pbi potencial. La experiencia reciente demuestra que también importa mucho la
credibilidad con que cuente el banco central ya que ello ayudará a mantener
ancladas las expectativas en la meta de inflación fijada por el ente emisor lo
que le dará un mayor margen de maniobra.
5)
Para
un escenario en el que la tasa de inflación total y especialmente la “core” es
alta en el sentido que excede largamente la tasa de inflación meta fijada por
el banco central, y la tasa de crecimiento de la economía coincide con el mejor
estimado que se tenga del crecimiento potencial o es algo superior, la decisión
de política monetaria debe ser la de implementar una política contractiva que
se efectiviza, principalmente, subiendo la tasa de interés de referencia del
banco central con la esperanza que el mercado financiero siga esa decisión
subiendo también las tasas de interés en todos sus plazos, sobre todo las de más
largo plazo, puesto que de ellas depende, en lo principal, las decisiones de
consumo e inversión. De esta forma, como postuló inicialmente Keynes, se
encarece el costo del crédito para los agentes económicos afectando sus
decisiones de gasto tanto en consumo como en inversión además de actuar a
través de otros canales como el precio de activos, tipo de cambio, expectativas
y crédito que terminan afectando la demanda
agregada en forma integral.
6)
Para
el caso en que la tasa de inflación es baja o coincide con la que se considera
como meta pero la economía está creciendo por debajo de su potencial en forma
apreciable, la decisión de política debiera de ser una política de corte
expansiva, reduciendo la tasa de interés de referencia del banco central para
así estimular el gasto interno y la competitividad internacional de nuestra
producción.
7)
Pero
que sucede si la tasa de inflación es relativamente alta y la economía crece
por debajo de su potencial al mismo tiempo, un fenómeno conocido como
“estanflación”?. Aquí la situación se complica apreciablemente porque aparece
un claro “trade-off” entre los objetivos de estabilidad de precios y máximo
empleo. Si el banco central privilegia el primer objetivo, deberá subir la tasa
de interés de referencia para afectar negativamente el comportamiento del gasto
interno y con ello reducir el ritmo de incremento de los precios, pero aumentando
la probabilidad de empeorar el escaso crecimiento de la economía. Si al revés,
privilegia el crecimiento de la economía deberá reducir la tasa de interés de
referencia para estimular la demanda agregada y con ello el crecimiento de la producción, pero a costa de aumentar el riesgo de subir
más la inflación.¿ Cómo se trataría este “trade-off”?.
8)
Mi
punto de vista es que el banco central debe preocuparse primariamente de la
inflación haciendo política monetaria contractiva aun cuando aumente el riesgo
de profundizar el escaso crecimiento y caer en recesión. Una variable crucial
en este tema es el estado de las expectativas de los agentes económicos en el
sentido si están o no enganchadas con la inflación meta del banco central. Y me
refiero especialmente a las expectativas de largo plazo y con ello a una
variable subyacente que es la credibilidad que el banco central despierta en
los agentes económicos. Si ésta es alta, las expectativas probablemente estén
enganchadas con la inflación meta, es decir, los agentes creerán que es
cuestión de tiempo que las acciones que está implementando el banco central
produzcan resultados positivos y la inflación comience rápidamente a iniciar su
descenso hacia la meta establecida. Ellos acompañarán ese proceso y con ello
disminuirá apreciablemente el llamado costo social de reducir la inflación en
términos de producción y desempleo como lo demostró claramente Milton Friedman
en su magistral revisión que hizo de la
versión original de la curva de Phillips, introduciendo por primera vez, en ese
contexto, la importancia de las expectativas de inflación de los agentes
económicos que llevó a establecer claramente que no existía una sola curva de
Phillips estable en el tiempo y de largo plazo, como propuso el economista
neozelandés W. Phillips, sino varias
curvas de Phillips cada una correspondiente a una inflación esperada y que
estas se movían conforme las expectativas mejoraban o empeoraban disminuyendo o
aumentando, respectivamente, el costo social de una política antiinflacionaria.
Un ejemplo reciente de esto es la experiencia de USA desde 2022 en que se hizo
política monetaria apreciablemente contractiva sin mayor afecto adverso sobre
la producción y el desempleo aun cuando hay que decir también que se vieron
favorecidos por shocks de oferta positivos que colaboraron en reducir la
inflación sin mayor efecto negativo sobre variables reales. Diversidad de
estudios demostraron que no hubo desenganche importante de las expectativas de
más largo plazo, respecto de la meta del 2% de inflación.
9)
Respecto
a las decisiones que tome el banco central de USA y cómo debe reaccionar ante
ellas el banco central de un país como Perú va a depender de las siguientes
consideraciones: a) cuánta credibilidad tiene el banco central; b) existen o no
altos niveles de deuda en dólares en los agentes económicos cuando sus ingresos
son en moneda nacional. Supongamos que la credibilidad es baja y los niveles de
deuda en dólares son altos. En este contexto asumamos que el banco central de
USA sube su tasa de interés de referencia. ¿Cómo debe responder el banco
central de un país como el nuestro? . Si responde no subiendo su tasa de
interés de referencia, es decir, manteniéndola constante es probable que el
tipo de cambio nominal suba por el diferencial de rentabilidades financieras
que se producirá acorde con lo que enseña el modelo de portafolio balanceado y
con ello provocar presiones alcistas directas e indirectas sobre los precios y
estrés financiero sobre los agentes económicos con una posición deudora neta en
dólares. Pero, si responde subiendo también su tasa de interés de referencia
para seguir el movimiento del banco central extranjero y aminorar o anular el
efecto anterior es probable que se originen presiones contractivas sobre el
crecimiento de la economía y el empleo ya que se afectará negativamente el
comportamiento de la demanda agregada, sobre todo la interna.
Si por el contrario, el banco central tiene buena
credibilidad y no existen niveles altos de deuda en dólares en sectores como
gobierno, financiero y sobre todo corporativo los bancos centrales como el
peruano tendrán mayor autonomía para establecer su política monetaria en
función de desarrollos domésticos.
10) La situación económica actual del país (a
julio 2025) es una de baja inflación, dentro del rango meta, con un crecimiento
de la economía alrededor de su potencial y un crecimiento del empleo adecuado
de alrededor de 5%. El gasto privado está creciendo apreciablemente, alrededor
del 5%, y las finanzas públicas si bien vienen mostrando una reducción del
déficit primario y total desde el tercer trimestre de 2024 hasta el segundo
trimestre de 2025 ( 2.6% PBI), básicamente por un incremento importante de los
ingresos fiscales ( tributarios), lleva varios
años incumpliendo lo establecido por la regla fiscal que para este año
establece un 2.2% PBI y prestándole escasa atención a los pronunciamientos del
Consejo Fiscal que como sabemos constituyen dos pilares fundamentales para
conseguir y preservar la sostenibilidad fiscal. En el ámbito externo, los
términos de intercambio muestran crecimientos sustanciales de dos dígitos en el
periodo 2024-2025. En este contexto, considero que la política económica a ser implementada debiera de descansar en
los siguientes tres pilares: a) un proceso de consolidación fiscal que lleve a
generar superávit primarios anuales entre 1%-2% PBI para asegurar la
sostenibilidad fiscal; b) una política monetaria con tendencia a alcanzar una
posición neutral y asegure que las expectativas de inflación de los agentes
económicos estén ancladas en el rango meta; c) iniciar un proceso de reformas
estructurales ( educación, salud, instituciones, infraestructura, incluyendo la
digital, marco regulatorio eficiente, etc.) que tengan como objetivo elevar el
crecimiento potencial de la economía a un 6% anual lo que exigirá un incremento muy
apreciable de la productividad total de factores. No se debe olvidar que la
productividad es el fundamento de la prosperidad y sin reformas estructurales
no podemos aspirar a elevarla sustancialmente. La teoría del crecimiento
económico establece que la forma eficiente de un país para elevar en forma
sostenida el nivel de vida de su sociedad es producir más con los recursos
productivos existentes. Y esto sólo se logra mejorando la productividad.
11) Un comentario corto sobre el concepto de “posición
neutral” de la política monetaria. Una posición neutral es aquella que no
provoca estímulo sobre la demanda agregada de la economía ni tampoco efectos
contractivos. Una tasa superior a ella indicaría una posición contractiva y una
por debajo una expansiva. Es una variable no observable por lo que tiene que
necesariamente ser estimada por diferentes métodos estadísticos-econométricos
dando por resultado que no existe un solo valor para ella. Existirán varios
valores numéricos dentro de un rango de sensatez, por supuesto. Se define como
la suma de la inflación meta con el mejor estimado que se tenga del natural
rate of interest (r*). Aplicando a la realidad peruana, desde mi punto de
vista, tomando el mid point del rango meta que es 2% de inflación y un valor
para el r* entre 1.6%-2%, se tendría que el policy rate neutral estaría entre
3.6%-4%. La tasa de referencia actual es de 4.5% por lo que estaría cercana a
la neutral.
12) Un comentario corto sobre la política
fiscal. La situación fiscal viene mejorando, básicamente, por el incremento
apreciable en términos reales de los ingresos generales, principalmente tributarios.
Este resultado a su vez está influenciado por la importante mejora de los
términos de intercambio. Es decir, por shocks externos positivos. Si el
gobierno gasta esos recursos se potenciará el efecto sobre la demanda agregada
interna dado que, en principio, no se estaría extrayendo recursos al sector
privado nacional. Lo que si habría que recomendar es que dado que esos ingresos
son de naturaleza mayormente transitoria deberán financiar gastos transitorios
y no permanentes.

