SOBRE LA COYUNTURA ECONOMICA: ¿QUE NOS DICEN DOS MODELOS SIMPLES?


JORGE GONZALEZ IZQUIERDO

UNIVERSIDAD DEL PACIFICO.

En la actual literatura económica  existen dos modelos de larga data que prácticamente han caído en desuso debido a una falla estructural, entre otras, que radica en la falta de sólidos fundamentos microeconómicos, tanto de naturaleza clásica como aquellos derivados de la economía conductual, en sus ecuaciones de comportamiento. Los llaman modelos “ad-hoc”. Pero a pesar de ello, funcionan relativamente bien cuando de explicar se trata ciertas situaciones de corto plazo por las que atraviesan las economías; al igual que el modelo Mundell-Fleming que lo encuentro bastante útil cuando se trata de analizar el desenvolvimiento macroeconómico de economías pequeñas y abiertas. Me refiero a los modelos IS-LM y DA-OA conocidos por los estudiantes de pre-grado de economía. En lo que sigue voy a aplicar los modelos a la actual coyuntura económica peruana.
He sostenido en anteriores escritos que la defensa que está haciendo la sociedad peruana frente a los embates de la pandemia del coronavirus ha impuesto un shock de oferta externo a la economía y provocado una caída apreciable del PBI potencial,  debido a la cuarentena, distanciamiento social y cierre de fronteras internas y externas,  y que esta caída es una respuesta eficiente de la economía a medidas sanitarias que salvaguardan nuestras vidas. Esta caída refleja en lo fundamental, el desplome del empleo. Cuando la pandemia esté bajo control o extinguida por la aparición de una vacuna, el PBI potencial regresará a su nivel original o cerca de él, si es que en estas nueve semanas de confinamiento total no se ha producido un daño apreciable y  de carácter permanente a la oferta agregada de la economía. Es decir, la caída del PBI potencial es un fenómeno transitorio. Por otro lado, lo que si parece más probable es que la pandemia esté produciendo efectos de mayor duración sobre la Demanda Agregada que van más allá del levantamiento de las restricciones, como lo sostengo también en varios de mis artículos anteriores. Estos efectos provocarán que cuando se levanten todas las restricciones a la Oferta Agregada (aparato productivo)  el gasto agregado no regresará rápidamente a su nivel anterior a la pandemia generando un déficit de demanda y ,por consiguiente, retardando el  proceso de  recuperación de la economía en términos de retornar a su nivel de producción potencial pre-pandemia,  dado que para el periodo de fines del 2020, 2021 y parte quizá del 2022 la producción y el empleo estarán determinados, básicamente,  por el comportamiento de la demanda agregada, especialmente la interna. Por consiguiente, estoy sosteniendo que se necesita implementar una política de demanda agregada expansiva que tenga tres pilares: a) política fiscal expansiva que contemple mayor gasto corriente relacionado con mayores transferencias a los agentes económicos necesitados especialmente familias; aumento del gasto en inversión en infraestructura sobre todo; y reducción de distorsiones al buen funcionamiento de la economía que incluya estímulos que afecten directamente a la oferta agregada; b) política monetaria más expansiva utilizando nuevos y creativos mecanismos no convencionales que estimulen el gasto privado y respalden una recuperación vigorosa, como por ejemplo seguir financiando las necesidades de liquidez y crédito pero con garantía del estado y si tienen que comprar bonos que se haga en el mercado secundario, especialmente los soberanos; c) una política de mejoramiento de expectativas que vaya más allá del accionar de la autoridad fiscal o monetaria ya que involucra también variables de naturaleza política, social e institucional. Aunque debo insistir  que la velocidad con que se recupere la normalidad económica (PBI actual igual a su nivel potencial) dependerá fundamentalmente si se tiene bajo control o extinguida  la pandemia. Si esto no se consigue, a pesar de una política económica expansiva la economía podría no recuperar su normalidad dado que el gasto privado sobre todo en consumo no se normalizaría por el temor siempre latente de contagio que afectaría sobre todo a las actividades de alto riesgo de contagio.
Veamos primero nuestra situación con el modelo IS-LM.
No voy a entrar a explicar el modelo porque asumiré que los lectores lo conocen. Pero tampoco es muy difícil  entenderlo.

A --> B --> C


En el eje de las “Y mediré la tasa de interés nominal o real según sea que estemos tratando de ajustes de portafolio financiero (LM) o de decisiones de consumo-inversión (IS), respectivamente. En el eje de las “X” mediré el PBI real (Y). La curva IS refleja la demanda agregada real de la economía y la curva LM  el mercado de activos de la economía (cantidad real de dinero). La recta de color rojo refleja el nivel del PBI potencial de la economía (Yp). Cuando se toman las medidas para enfrentar a la pandemia, en el muy corto plazo el PBI potencial se reduce al nivel de (Y*p),  la demanda agregada también a IS* y el banco central responde con medidas expansivas como rebajar drásticamente la tasa de interés de referencia a casi cero por ciento y otras de carácter cuantitativo pero que en las circunstancias descritas tienen como objetivo evitar daños de mayor duración al aparato productivo y empleo más que estimular la demanda agregada,  aun cuando originan un incremento de la oferta monetaria a LM*. La producción y el empleo registrarán  una caída drástica; la tasa de interés real y nominal también baja (A --> B). Cuando se levanten las restricciones al aparato productivo y  empleo, el PBI potencial regresará a su nivel original o cerca de él. Pero la demanda agregada, como está afectada negativamente, se recupera sólo hasta un nivel IS** produciendo una reactivación relativamente rápida, aunque parcial,  de la producción y el empleo, nivel Y0 (punto C), contando  ya con los efectos estimulantes de la política monetaria. Para restablecer la normalidad en la economía en el menor tiempo posible  se tiene que estimular la DA  en el trecho C --> A,  pero conforme la economía se vaya acercando a su potencial la política monetaria deberá desmontar la posición ultra expansiva asumida, curva LM original, marcando una trayectoria probable como la indicada por la línea punteada. Esto es lo que predice el modelo y efectivamente es lo que se está viendo en la realidad. Las tasas de interés de corto y largo plazo están bajando; la producción y el empleo han caído apreciablemente; el consumo y la inversión igual.
Ahora veamos lo mismo pero a través del lente del modelo de OA-DA.

A --> B --> C

En el eje de las “Y” se mide el nivel general de precios (P). En el eje de las “X” el PBI real. Esta configuración plantea una cuestión muy interesante: si la teoría de los precios nos enseña que lo único que mueve la asignación de recursos son  variaciones en precios relativos, cómo es posible que en este modelo sean variaciones en precios absolutos los que asignen recursos. ¿Estará mal el modelo? No. Existe otra explicación que la dejaremos para otra oportunidad. La recta de color rojo indica el nivel del PBI potencial (Yp). La curva de oferta agregada de corto plazo es la AS0 y la he dibujado casi horizontal por el muy corto periodo de ajuste que está bajo consideración. La curva de la Demanda Agregada es AD0. Se parte de un punto “A” hipotético; la economía está en su nivel potencial. En eso aparece la pandemia, la sociedad implementa medidas de defensa y como consecuencia de ello el PBI potencial cae fuertemente a Y*p al igual que la demanda agregada (AD*). Respecto a la oferta agregada de corto plazo no grafico su desplazamiento y la tomo como si no se moviera por consideraciones de claridad en la exposición y  dado que por el periodo de ajuste tan corto que está bajo consideración,  no habrían cambios importantes de precios relativos sobre todo en el mercado laboral y, por ende, tendría un movimiento cónsono con la curva potencial. Estos movimientos  llevan a la economía al punto “B”; los precios (inflación) se reducen. Pasado un corto periodo de tiempo, las medidas restrictivas se levantan y el PBI potencial regresa a su nivel original o cerca de él al igual que la curva de oferta agregada de corto plazo. La demanda agregada se reactiva pero como estaría afectada negativamente por algunos factores derivados de las medidas  para controlar  la pandemia, lo hace parcialmente (AD**) provocando que la producción y el empleo crezcan hasta Y0, “C”, de manera relativamente rápida. Habrá  necesidad de estimular la demanda agregada con el conjunto de políticas mencionadas en la introducción, para llevar a  la economía de C --> A en el menor tiempo posible.
Obviamente que estos modelos presentan una situación altamente simplificada de la economía. Pero todo modelo tiene esa característica, son abstracciones de la realidad. No se puede ni debe pretender que un modelo recoja todas las complejidades de la realidad, menos si son modelos de estática comparativa como los presentes. Por ejemplo, se podría argumentar que en el modelo de la OA-DA presentado arriba las curvas de AD* y AS se cortan ligeramente a la derecha del nivel Y*p debido a que los efectos de las políticas fiscales y monetarias tomadas ejercen algún efecto estimulador aún en la fase de emergencia. O que el daño infringido a la demanda agregada por el shock de oferta es tan grande que se cae a la izquierda del nivel Y*p provocando un mayor desempleo. En forma similar se podría argumentar que la curva LM sea casi horizontal dado que el banco central ha puesto su tasa de referencia en casi cero porciento y lo piensa mantener en ese nivel por un tiempo. Igualmente se podría sostener que podrían darse cambios  apreciables en la estructura productiva y especialmente en el empleo ya que actividades ligadas al e-commerce y teletrabajo han llegado para quedarse y desarrollarse; la digitalización apresuró también su arribo a la economía peruana; o  quebraron un número apreciable de empresas con importante incidencia en la determinación de la producción; afectando todas ellas  el nivel potencial del PBI  para arriba o para abajo. Pero considero que no cambian en lo fundamental las recomendaciones formuladas.
Un  supuesto grueso que estoy haciendo es que el tratamiento a la macroeconomía ignora al sector externo, lo toma como una economía cerrada que obviamente no es el caso. Pero creo que el  gasto interno, en el  corto plazo, es el driver de la situación. Además el déficit esperado de la cuenta corriente de la balanza de pagos probablemente sea financiado por un ingreso neto de capitales privados de largo plazo, lo que semeja una situación de equilibrio para la  balanza de pagos. Sin embargo debo precisar que la crisis mundial nos golpeará principalmente vía: menores precios de los metales que exportamos, especialmente cobre; menores influjos de capital;  menores remesas de moneda extranjera; y menor turismo externo. No obstante, los estimados de organismos internacionales es que esto podría revertirse a lo largo de 2021.



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